sábado, 25 de octubre de 2008

Reflexiones

APRENDER A SER HUMANOS

Jorge Meléndrez

Si nos remontamos a la noche de los tiempos, descubriríamos que una de las cosas que más ha intrigado al hombre es el poder definirse a sí mismo. Sócrates, el excelso pensador griego, tomó como punto de partida de su edificio filosófico la necesidad de que el hombre debía conocerse a sí mismo; inspirado en la frase inscrita a la entrada del templo de Delfos, que a la letra dice: "nosce te ipsum", que significa "Conócete a ti mismo".

De acuerdo con la historia, el origen del adagio se remonta a escritos antiguos de Heraclio, Esquilo, Herodoto y Píndaro; y surge como una invitación a reconocerse mortal y no dios. Sócrates lo eleva a un nivel filosófico como un examen moral de uno mismo ante Dios y Platón lo orienta hacia la verdadera sabiduría en un fantástico sistema de pensamiento.

Pero de entonces a la fecha mucha agua ha corrido por el río, muchas hojas de los árboles han mudado, muchas gotas de lluvia han caído y muchos hombres han visto la luz y han pasado a la oscuridad. Y la pregunta permanece aparentemente sin respuesta.

Podemos decir que ser humano significa saber amarse a sí mismo, que ser humano es aprender a compartir la vida misma con otra vida, que ser humano es ayudar siempre al prójimo, que ser humano es ser caridad y amor, que ser humano es saber respetar los pensamientos y la vida de los demás, que ser humano es saberse libre de emociones negativas, que ser humano significa paciencia y templanza frente a las adversidades de la vida, etc., etc. ¿Pero eso es realmente el ser humano?

Hoy puedo comprender que ser humano, al igual que ser persona, es mucho más complejo de entender en la dimensión cosmogónica, pues por su etimología, el significado se reduce a la raíz "hummus" que significa tierra y agua, en alusión a la metáfora de la creación, pero en el sentido antropológico, ser humano significa ser especial y haber desarrollado la capacidad de compartir también con otros la vida propia, de tal forma que sea a través del corazón, como símbolo de amor y caridad, como los humanos participen en la construcción de una cadena espiritual que nos ate a la paz y la armonía, y nos separe de la maledicencia.

Para entender un poco esta idea, recurriremos a una breve historia que nos narra que en cierta ocasión, un hombre que había pintado un pequeño cuadro, lo expuso al público entre algunas otras obras de su autoría. A la exposición, acudieron muchas personas, y entre todas la obras, el que más era visitado era aquel pequeño cuadro, que tenía una impresionante figura de Jesucristo, que se encontraba a la puerta de una casa, tocando con su mano derecha y tratando de escuchar si había alguien adentro de la casa.

El rostro de Jesús reflejaba una expresión de amor y de esperanza en los hombres. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Un observador muy curioso, encontró una aparente falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura, frente a todos los demás le preguntó al artista: "¿Por qué la puerta no tiene cerradura? ¿Cómo se hace para abrirla?" Entonces, aquel pintor con una expresión de tranquilidad y como que esperaba aquella observación, tomo su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera: Apocalipsis 3, 20: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo." "¡Gracias por preguntar!", respondió el pintor añadiendo: "Ésta es la puerta del corazón del hombre. Sólo se abre por dentro, abramos nuestro corazón al amor, a Dios, cambiemos nuestras vidas, aun estamos a tiempo". (Fin de la historia)

Ser humano, entonces, significa ser honesto en los pensamientos y sentimientos, en palabra y acto, ser siempre sincero y sensible, y siempre asegurarse de que el amor verdadero es una parte de todo y de cada uno. Ser humano significa haber desarrollado dentro de sí mismo la capacidad de poder dar a los demás algo bueno y positivo, como también equilibrado y armonioso, y ayudarlos en los cambios que se presenten, cuando necesitan la ayuda del humanismo del ser humano del prójimo.

No podemos desligar la idea de "ser humano" fuera del contexto de Dios, como ser primario de todas las cosas, por lo que el recurso de la fe y la esperanza, son la base de la mejor explicación del concepto. JM, Desde la Universidad de San Miguel.
Reflexiones

PARA ACTUALIZAR NUESTROS PROGRAMAS INTERNOS
Jorge Meléndrez

En estos tiempos en que la violencia generalizada y el abandono de buenos hábitos y normas de conducta han venido atrapando al ser humano, es necesario hacer una seria reflexión de nuestras propias actitudes frente a la vida, con el fin de actualizar nuestros programas internos y reprogramarnos para asumir nuevos y mejores roles en la vida.

Estos programas internos, algunos de ellos ya están codificados en nuestro ser interno, pues vienen en nuestro patrón genético, y otros más, han sido adquiridos en la vida merced a la formación que hemos recibido en nuestra familia y la educación que hemos recibido en la escuela, amén de toda la información que nos llega de la sociedad misma y que nos condiciona para actuar de manera determinada.

Para esta actualización, recurriremos a una metáfora cibernética que nos ha parecido además de actualizada, muy bien redactada por un autor anónimo. Esta metáfora dice así:

"¿Bueno, estoy llamando al departamento de atención al cliente en el cielo?" "Así es, Buenos días. ¿En qué puedo ayudarlo?" "Verá usted, estuve revisando mi equipo y encontré un sistema que se llama AMOR; pero no funciona. ¿Me puede ayudar con esto?" "Seguro que sí. Pero yo no puedo instalárselo; tendrá que instalarlo usted mismo, yo lo dirijo por teléfono ¿le parece?" "Sí, puedo intentarlo. No sé mucho de estas cosas, pero creo que estoy listo para instalarlo ahora. ¿Por dónde empiezo?" "¡Mire, el primer paso es abrir su CORAZÓN!... ¿Ya lo localizó?" "Sí, ya, pero hay varios programas ejecutándose en este momento. ¿No hay problema para instalarlo mientras siguen ejecutándose?" "¿Cuáles son esos programas?" "Déjeme ver, tengo: DOLORPASADO.EXE, BAJAESTIMA.EXE, IRA.DOC y RESENTIMIENTO.COM ejecutándose en este momento". "No hay problema.

AMOR borrará automáticamente DOLORPASADO.EXE de su sistemas operativo actual. Puede que se puede grabado en su memoria permanente, pero ya no afectará otros programas. AMOR eventualmente reemplazará BAJAESTIMA.EXE con un módulo propietario del sistema llamado ALTAESTIMA.EXE. Sin embargo, tiene que apagar completamente los programas IRA.EXE y RESENTIMIENTO.COM. Estos programas evitan que AMOR se instale adecuadamente. ¿Los puede apagar?" "No sé cómo apagarlos. ¿Me puede decir cómo?" "Con gusto. Vaya al menú INICIO e invoque PERDÓN.EXE. Ejecútelo tantas veces como sea necesario hasta que IRA.EXE y RESENTIMIENTO.COM hayan sido borrados completamente". "Ok, listo. AMOR ha empezado a instalarse automáticamente. ¿Es esto normal?""Sí. En breve recibirá un mensaje que dice que AMOR estará activo mientras CORAZÓN esté vigente. ¿Puede ver ese mensaje? "Sí, sí lo veo. ¿Ya se terminó la instalación?" "Sí, pero recuerde que sólo tiene el programa base. Necesita empezar a conectarse con otros CORAZONES para poder recibir actualizaciones". "¡Oh!, Me apareció un mensaje de error. ¿Qué hago?" "¿Qué dice el mensaje de error?" "Dice: ´ERROR 412 - PROGRAMA NO ACTIVO EN COMPONENTES INTERNOS´. ¿Qué significa eso?" "No se preocupe, ese es un problema común. Significa que AMOR está configurado para ejecutarse en técnicas complicadas de la programación, pero en términos no técnicos significa que tiene que ´AMAR´ a su propio equipo antes de poder ´AMAR´ a otros".

"Entonces, ¿qué hago?" "¿Puede entrar al directorio llamado ´AUTOACEPTACIÓN´?" "Sí, aquí lo tengo". "Bien, haga click en ´AUTOESTIMA ALTA´ por favor". "Listo, ya lo hice. ¡Excelente, aprende rápido!" "¡Gracias!" "De nada". "Ahora, por favor, haga, haga click en los siguientes archivos para copiarlos al directorio MI CORAZÓN: AUTOPERDÓN.DOC, RESPETO.DOC. AUTOESTIMA.TXT, VALOR.INF y REALIZACIÓN.HTM. El sistema reemplazará cualquier archivo que haga conflicto y entrará en un modo de reparación para cualquier programa dañado". "También debe eliminar AUTOCRÍTICA.EXE de todos los directorios y después borrar todos los archivos temporales y la papelera de reciclaje, para asegurar que se corre completamente y nunca se active". "Entendido. ¡Hey! Mi CORAZÓN se está llenando con unos archivos muy bonitos. SONRISA.MPG se está desplegando en mi monitor e indica que CALOR.COM, PAZ.EXE y FELICIDAD.COM se está replicando en todo mi CORAZÓN". "Eso indica que AMOR está instalado y ejecutándose, y ya puede empezara a manejarlo con una nueva actitud. Una cosa más antes de irme..." "¿Sí, dígame?" "AMOR es un software sin costo, pero asegúrese de dárselo, junto con sus diferentes módulos, a todos los que conozca y se encuentre. Ellos, a su vez, lo compartirán con otras personas y le regresarán unos módulos agradables". "¡Eso haré, gracias por su ayuda!" (Fin de la metáfora)

Como podemos ver, la actualización está en nuestras manos, solo debemos invocar la ayuda de nuestro creador, que siempre tiene disposición y tiempo para nosotros sus hijos, pues allá en su morada, tiene una legión de ángeles dispuestos a ayudarnos en todo lo que necesitamos. ¿De acuerdo? JM Desde la Universidad de San Miguel.

Reflexiones

FUNCIONES Y TAREAS MORALES DE LA FAMILIA

Jorge Meléndrez

Un problema que se ha vuelto a instalar en el centro de las preocupaciones del hombre de este tiempo es el que se vincula con el estado actual de la relación entre la cultura social predominante y el mundo de los valores. Frente a este problema, en el año de 2001, el Papa Paulo VI planteó un objetivo esencial en relación al matrimonio y la familia, señalando que es deber moral de la humanidad: "Edificar una cultura de la familia, como componente esencial de la cultura de la vida". Parte de esa encíclica decía lo siguiente:

“La mayor parte de los conflictos que desgarran a las sociedades en estos primeros años del Siglo 21 y desde el tramo final del siglo pasado, tan cargado de incertidumbres y de inseguridades, tiene su origen en el avance de concepciones impregnadas de un creciente relativismo moral.”

“Si se siguen avasallando los derechos humanos en tantos lugares del planeta, si la violencia sigue prevaleciendo sobre la razón, si la guerra sigue siendo una manera inevitable de dirimir los desacuerdos internacionales, ello se debe, en una medida fundamental, a la ausencia de principios basados en el acatamiento de un orden moral objetivo e inequívoco.”

“Si tantas sociedades se ven perturbadas por el crecimiento de una delincuencia irracional, que demuestra no tener el más mínimo escrúpulo y que llega a extremos sombríos de sadismo y crueldad, como lo estamos comprobando a diario los sinaloenses, la causa hay que buscarla en la irrupción de generaciones humanas desconectadas de toda posibilidad de distinguir entre el bien y el mal, probablemente porque crecieron al abrigo de una visión utilitaria y relativista de las cosas, huérfanas de toda creencia en los valores estables y en la sacralidad de la vida humana.”

Si ante los efectos devastadores de las crisis económicas tarda en asomar un sentimiento de solidaridad capaz de atenuar el sufrimiento de los sectores más desprotegidos, ello obedece a que falta en las franjas sociales con mayor poder de decisión un sistema de pensamiento fundado en el reconocimiento de valores éticos objetivamente ciertos.

El relativismo moral se ha visto favorecido, entre otras causas, por la tendencia a la disolución de la familia, que es el ámbito natural en el que se transmiten los principios y las nociones de orden moral sobre los cuales se construye el andamiaje de una sociedad fundada en la convivencia y en el respeto a la dignidad de las personas.

Cuanto se haga para fortalecer a la familia, célula del organismo social y reducto espiritual en el que se templan el carácter y el respeto a los valores más nobles del espíritu humano, contribuirá de manera decisiva a erradicar los factores que conspiran contra la armonía y el entendimiento social. El debilitamiento del grupo hogareño está en el origen de la mayoría de los males que corroen a la sociedad de este tiempo; la delincuencia juvenil, la corrupción, la desorientación de los jóvenes, el avance de la drogadicción, la pérdida del sentido de la vida.

La avalancha de delitos cometidos por menores de edad, un fenómeno que está cobrando terrible virulencia en nuestro país y también en otros lugares del mundo, obedece en la mayoría de los casos al descalabro de ciertos principios éticos básicos como consecuencia de la crisis que atraviesa la familia, que ha dejado de ser un ámbito de contención y de acompañamiento para los niños y adolescentes en proceso de maduración.

El rol del hogar en la transmisión y conservación de los valores morales requiere un análisis profundo y desapasionado por especialistas que examinen las cuestiones más candentes de la relación entre padres e hijos y de otros aspectos vinculados con la problemática familiar y educativa. Ante la declinación alarmante de las reservas morales y culturales capaces de frenar los peores instintos del alma humana, no hay seguramente mejor estrategia de largo alcance que la defensa y la preservación del núcleo familiar, ese espacio primario en el que se construyen los cimientos de la personalidad y se planta la semilla de los valores que habrán de modelar y regir los comportamientos de las generaciones venideras. ¿Y usted que piensa al respecto? JM Desde la Universidad de San Miguel

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Reflexiones

EL DOLOR DEL CUERPO Y EL ALMA;
UNA OPORTUNIDAD DE CRECIMIENTO
Jorge Meléndrez

Amables lectores, empezaré mi reflexión de hoy con una pregunta. ¿Quién no ha sentido alguna vez dolor? Y la respuesta seguramente es afirmativa en nosotros mismos y en todos los seres humanos a nuestro alrededor. Sin embargo, a pesar de que esta sensación es ampliamente conocida por las personas, es igualmente desdeñada, pues todos, absolutamente todos, procuramos que esté lo más distante de nosotros en nuestro diario acontecer, pues somos muy vulnerables y no nos gusta sentirlo.

El dolor va ligado al sufrimiento, ese sentimiento negativo que nos hace perder la objetividad sobre las cosas cotidianas, pues nos impide ver la realidad en toda su magnitud. El sufrimiento es también una emoción que por lo general nos lacera el alma y se somatiza en el cuerpo físico, y nos hace sentir como una de las más insignificantes criaturas de este mundo.

Cuando el sufrimiento derivado del dolor se anida en el alma, llega la infelicidad y no hay poder humano que pueda desterrarla. El hombre entonces vive con el dolor a cuestas y se convierte en una víctima de si mismo. Sin embargo, siempre hay una solución, sobre todo cuando estás aferrado a la fe, y sabes además que Dios siempre tiene una respuesta para todas las cosas, a pesar de que para nuestro limitado entendimiento, a veces parezca que lo que Dios hace no tiene sentido.

Este tema, tuve oportunidad de platicarlo con mi hijo Jorge René, apenas el miércoles pasado, es decir, el 1 de Septiembre, quién con certera sabiduría de quién ha sabido vencer el sufrimiento y el dolor del alma que lo abrazaba, me leyó un párrafo del libro de reflexiones que utiliza de cabecera, y que precisamente en ese día hablaba sobre el dolor. La lectura dice así: "El Dolor... ¡A quien le hace falta! Pensamos cada vez que sufrimos. No vemos la necesidad del dolor. Sufrir parece un ejercicio sin sentido. Si a alguien se le ocurre mencionar crecimiento espiritual mientras sufrimos, lo más probable es que hagamos un gesto de disgusto y nos marchemos pensando que es la persona más insensible que hemos conocido.

"¿Pero que pasaría si los seres humanos no sintiéramos dolor, tanto físico como espiritual? Suena a mundo ideal, ¿no? En realidad no. Si no fuéramos capaces de sentir dolor físico, no sabríamos cuando parpadear para sacarnos cuerpos extraños de los ojos; no sabríamos cuando parar de hacer ejercicio; ni siquiera cuando darnos vuelta al dormir. Sencillamente abusaríamos de nosotros por carecer de un sistema natural de aviso.

"La misma verdad se aplica al dolor emocional. ¿Cómo nos habríamos dado cuenta de que nuestra vida se había vuelto ingobernable si no hubiéramos sentido dolor?
"El dolor emocional, como el físico, nos permite saber cuando debemos dejar de hacer algo que nos hace daño. Pero el dolor no es solo un factor motivador. "El dolor emocional nos proporciona una base para comparar y saber cuando estamos alegres. No podríamos apreciar la dicha si no conociéramos el dolor. "Solo por hoy: Aceptaré el dolor como parte necesaria de la vida. Sea cual sea el grado de dolor que sienta, sé que también puedo sentir dicha." Fin de la lectura.
Podemos ver amables lectores, que el dolor y el sufrimiento, pueden convertirse en aspectos positivos de nuestra vida, pues si nos dejamos llevar por el pesimismo y la angustia que generan, entraremos en un hoyo negro sin asideros y de donde solo podremos salir con nuestra fe y voluntad de vivir en nuestra propia realidad.

Se sufre por el dolor de no aceptar la realidad que hemos construido a nuestro alrededor, cuando somos nosotros mismos los únicos que podemos cambiarla, convirtiendo el pesimismo en optimismo, la amargura en dulzura y la oscuridad en luz.

La mejor fórmula es la oración profunda por que Dios no nos abandona nunca, y solo Él nos da la oportunidad de nacer de nuevo. JM Desde la Universidad de San Miguel.
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Reflexiones

LA FAMILIA Y LA RESPONSABILIDAD
DE EDUCAR EN VALORES MORALES

Jorge Meléndrez

La tarea de educar y, con ello, la de educar en los valores, es responsabilidad del núcleo familiar y al ámbito escolar le corresponde modelar lo que se nutre en el hogar. Es un hecho, además, que es la sociedad misma a través de las instancias socializantes, la que debe de establecer los parámetros de convivencia donde interactúan las personas, como son los núcleos familiares, empresariales, escolares, entre otros, donde la familia y la sociedad principalmente, son los espacios sociales más fuertemente comprometidos en esta responsabilidad, sin dejar de incluir al gobierno, a la escuela, a las iglesias, a las organizaciones de la sociedad civil y sobre todo, a los medios de comunicación.

En efecto, la sociedad ha de contribuir, en cualesquiera de sus ámbitos socializantes, a que el hombre se descubra a sí mismo, descubra el mundo y su profundo significado, y además adquiera o aprenda una parte de las acciones del hombre a través de los tiempos en cada uno de los campos del conocimiento; debe prepararlo también para que aprenda a no ser indiferente a todo lo que le suceda dentro del contexto social en el que actúe y desarrolle además de una visión moral del mundo, una actitud valorativa de los demás hombres y de su inserción en el mundo.

Es aquí donde surge la necesidad de darle a las instancias socializantes un marco de referencia en valores sociales para que pueda expresar esos parámetros normativos de una manera natural, y que de alguna manera, cada individuo o grupo de personas, sepan actuar al amparo de normas y principios elevados a nivel de paradigma social, en cada uno de los ámbitos donde interactúan.

Esta es a nuestro juicio, la única manera de darle a una sociedad en un constante proceso de descomposición social, una nueva visión de convivencia solidaria. El problema principal se reduce al como lograr constituir este nuevo paradigma social y sobre todo, como hacer que los actores sociales participen en la construcción del mismo. Es un hecho que lo primero que hay que hacer es reconstruir un esquema valoral de la sociedad, y trabajar en su implementación integral, partiendo de la base de que todos quienes participen es su diseño, estarán dispuestos a adquirirlos como "nuevos hábitos" de vida social.
En la obra Aristotélica "Obra a Nicómaco" se lee el párrafo siguiente: "...Obtenemos las virtudes ejercitándolas, como ocurre también en el caso de las artes. "Las cosas que debemos aprender antes de hacerlas, las aprendemos haciéndolas; por ejemplo, los hombres se vuelven constructores construyendo y ejecutores de la lira tocando la lira; también nos volvemos justos ejecutando actos justos, moderados ejecutando actos moderados, valientes, ejecutando actos valientes; así pues, es muy importante que formemos hábitos de una u otra clase en nuestros jóvenes."

No hay duda que entre los valores sociales que es necesario impulsar y reorientar, la formación en la familia y la educación en la escuela, se pueden considerar los básicos ya que es en el marco de la escuela como institución formativa, donde se da una interacción constante entre el profesor y los padres de familia, buscando ambos, el logro de objetivos comunes a través de la organización y una metodología didáctica.

Es en la escuela y en la interacción del hecho de educar, donde se esquemas de valoración y de adhesión a determinados valores, donde destacan por su importancia, la búsqueda del bien común y es en la familia donde se adquieren los valores sustantivos para la vida.

La premisa es una; la familia debe escolarizarse y la escuela debe familiarizarse, sobre todo por que la función del profesor debe verse reforzada por los padres en el hogar y por su parte, el profesor, además de propiciar instrucción, está obligado a ayudar al educando a que afloren sus sentimientos de persona de bien y descubrir su esencia de su ser social, buscando nulificar las conductas iniciales que pueden llegar a convertirse en conductas perniciosas en la vida adulta.

Esto puede hacerlo inculcando con el ejemplo, los valores como el respeto, la generosidad, el apoyo al trabajo y sobre todo, la solidaridad social. Todos tenemos, en el conocimiento y en la realidad de la vida, la experiencia de lo que son los valores, y sabemos que hablar de valores es hacer referencia de cosas relacionadas con el bien como una categoría filosófica, sin embargo, debemos procurar no quedarnos con el conocimiento enciclopédico de las cosas, pues es mucho más valioso practicar el hacer el bien sin conocer sus fundamentos, que conocerlos y no practicarlos o hacer lo contrario. ¿No lo cree usted así? JM. Desde la Universidad de San Miguel.

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Reflexiones

EL HOMBRE ENTRE LA ÉTICA Y LA MORAL

Jorge Meléndrez


Para entender los conceptos de uso cotidiano, es conveniente recurrir a las raíces etimológicas, ya que en muchas ocasiones, la costumbre distorsiona el real significado de los conceptos e incluso, los hace sinónimos cuando en realidad contienen significados diferentes aunque compartan la misma esencia. La palabra ética proviene del vocablo griego "ethos" cuyo significado original es "estancia", o lugar donde se habita. Posteriormente, Aristóteles redefinió este significado llegando a identificarlo con la manera de ser de las personas, es decir, su carácter.

Así, la ética era como una especie de segunda casa o naturaleza; una segunda naturaleza adquirida, no heredada como lo es la naturaleza biológica. De esta concepción se desprende que una persona puede moldear, forjar o construir su modo de ser o ethos.

Habría entonces que explicar una primera interrogante sustantiva: ¿Como se adquiere o moldea este "ethos", o esta manera de ser? Y la respuesta más adecuada es que el hombre la construye mediante la creación de hábitos, hábitos que se alcanzan por repetición de actos, los que convertidos en costumbres, logran hacer del hombre una persona buena y con alto sentido del bien.

De ahí la validez del aforismo: "Siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás costumbres, siembra costumbres y cosecharás un carácter; siembra un carácter y cosecharás un destino". Esto significa que cada persona es aquello en que sus hábitos le convierten, y por lo tanto, cada quien es libre de elegir sus hábitos y con ello, definir su propio destino de vida.

Por su parte, la palabra "moral" se deriva de la expresión latina moralis, que derivada de "mos", en plural mores, cuyo significado es "costumbre". Con la palabra moralis, los romanos recogían el sentido griego de ethos: las costumbres también se alcanzan a partir de una repetición de actos. A pesar de este profundo parentesco con el concepto de ética, la palabra moralis tendió a aplicarse a las normas concretas que han de regir las acciones. Así, pues, desde la etimología, hay poca diferencia entre ética y moral.

Una y otra hacen referencia a una realidad semejante, sin embargo hoy, pese a que a menudo se usan de manera indistinta como si fuesen sinónimos, se reconoce que tienen significados divergentes.

Tan antiguo como la misma humanidad es el interés por regular, mediante normas o códigos, las acciones concretas de los humanos; en todas las comunidades, en todos los pueblos, sociedades o culturas encuentran prescripciones y prohibiciones que definen su moral. Junto al nacimiento de la filosofía apareció otro tipo de interés, el de reflexionar sobre las normas o códigos ya existentes, comparándolos o buscando su fundamento. Estos dos diferenciados niveles de interés o de actividad humana constituyen lo que conocemos hoy, respectivamente, por moral y ética.

La moral es un conjunto de juicios relativos al bien y al mal, destinados a dirigir la conducta de los humanos. Estos juicios se concretan en normas de comportamiento que, adquiridas por cada individuo, regulan sus actos, su práctica diaria.

Ahora bien, ni las normas o códigos morales se proclaman como el código de circulación, ni cada persona asume o incorpora automáticamente el conjunto de prescripciones y prohibiciones de su sociedad, ni cada sociedad o cultura formulan los mismos juicios sobre el bien y el mal.

Es por todo eso que la moral a menudo es un conjunto de preguntas y respuestas sobre qué debemos hacer si queremos vivir una vida humana, es a decir, una vida no con imposiciones sino con libertad y responsabilidad. La ética, por otro lado, es una reflexión sobre la moral. La ética, como filosofía de la moral, se encuentra en un nivel diferente, se pregunta por qué consideramos válidos unos y no otros comportamientos; compara las pautas morales que tienen diferentes personas o sociedades buscando su fundamento y legitimación; investiga lo qué es específico del comportamiento moral; enuncia principios generales o universales inspiradores de toda conducta; crea teorías que establezcan y justifique aquello por el que merece la pena vivir. La moral da pautas para la vida cotidiana, la ética es un estudio o reflexión sobre qué origina y justifica estas pautas. Pero las dos, si bien son distinguibles, son complementarias.

Del mismo modo que teoría y práctica interaccionan, los principios éticos regulan el comportamiento moral pero este comportamiento incide alterando los mismos principios. A menudo los conflictos de normas morales que aparecen cuando tenemos que tomar decisiones son el motor que nos impulsa a una reflexión de nivel ético. Es por ello que el Dr. José Luis López Aranguren, 1966, reconociendo la vinculación entre teoría y práctica, llama a la ética moral pensada y a la moral, ética vivida. JM. Desde la Universidad de San Miguel
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Reflexiones

EL PARADIGMA DE UNA SOCIEDAD EDUCADORA

Jorge Meléndrez

El actual clima social que nos está tocando vivir, nos lleva a la necesidad que tenemos como sociedad, de redefinir los esquemas de convivencia social, repensar la forma como interactuamos y en establecer soluciones factibles donde todos estemos involucrados.

No puede ser posible que quienes deseamos vivir en paz, nos convirtamos poco a poco en una sociedad acotada por quienes tienen el poder de la fuerza y la represión. Debemos revisar el rol que nos toca a cada uno dentro de los ámbitos sociales donde convivimos.

Como ya se ha comentado en reflexiones anteriores, el individuo vive, coexiste, interactúa y desarrolla su ser social dentro del contexto en el cual actúa en diferentes roles sociales, como los que le ofrecen el ser parte de una familia, el tener relaciones con una institución escolar, ya sea como padre de familia o bien, de manera directa como estudiante, en la empresa, ya sea como propietario único, accionista o simplemente empleado de mandos medios u operativos, frente al gobierno como servidor público o contribuyente activo, en la iglesia, como parte de una comunidad religiosa donde satisface sus necesidades espirituales, como miembro de alguna organización de la sociedad civil, sea club de servicio, colegio profesional o de cualquier otro tipo, y finalmente, frente a los medios de comunicación, a través de los cuales se informa, aprende y conforma una opinión respecto al quehacer social. En todos y cada uno de estos ámbitos, las personas desplegamos una serie de actitudes y conductas que nos definen como seres humano y de alguna manera, nos matizan como personas responsables, congruentes, incluyentes y participativas, o bien, damos una cara dentro de la familia, otra en la escuela y quizá otra más como empresario y frente al estado, generando con ello, confusión respecto a la verdadera personalidad que sustentamos como individuos sociales.

Este mismo individuo es a la vez un sujeto que aprende dentro del contexto social donde actúa, y por lo mismo, genera formas de conocimiento y experiencias que al enseñarlas de manera no formal, propicia que otros actúen bajo determinada línea de acción.

A todo el contexto de hechos y circunstancias que se ajusten a un modelo ideal de conductas y comportamientos que van desde lo solidario subsidiario hasta el de beneficiario, es a lo que pretendemos se le atribuya la categoría de paradigma de interacción social integral o de sociedad educadora. Vivir en una sociedad educadora o dentro de un paradigma de interacción social integral, implica la enorme responsabilidad de aprender a ser respetuosos de los demás, de las formas de convivencia y sobre todo, de dar el mejor ejemplo con nuestras acciones cotidianas.

Los lugares comunes donde convivimos diariamente, son los ámbitos de acción en donde se manifiestan las conductas antisociales, muy a pesar de que cada ámbito está llamado a ser un espacio de sana convivencia, los seres humanos en principio, somos quienes contaminamos y de alguna manera rompemos los vínculos de comunicación efectiva, pues prevalecen en nosotros mismos, los egos y antivalores que distinguen la dualidad que vive el hombre diariamente, por un lado, la parte que motiva hacer el bien, y por el otro, el que tal vez sin desearlo hace el mal.

Esta es la esencia de la naturaleza humana, sin embargo, no es un aspecto de fatalidad, pues siempre existe la posibilidad de inclinar la balanza hacia el lado positivo, todo es cuestión de voluntad y salud mental y espiritual. Los ámbitos de reflexión de una sociedad educadora son amplios y se extienden más allá de cada uno de ellos, pues en una sociedad viva y actuante, cada ámbito en el cual vivimos, está íntimamente vinculado a los demás; así, tenemos que la escuela no puede estar aislada de la familia ni del estado, las familias a su vez de la escuela y de las empresas, las empresas a su vez de las familias y el gobierno, y así, el tejido social parece una trama y urdimbre de un mismo manto protector, que somos todos los ciudadanos. ¿No lo creen así?
JM Desde la Universidad de San Miguel

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Reflexiones

ACERCA DE NUESTROS ESTADOS DE ÁNIMO

Jorge Meléndrez

Con demasiada frecuencia advertimos que nuestra vida gira alrededor de nuestros estados de ánimo, situación que carece de importancia cuando el origen de los mismos esta en el contexto de nuestras emociones positivas como son el amor, el respeto, la verdad, la generosidad, y la solidaridad con nuestros semejantes, pues estos son estados de animo edificantes para nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
En cambio, sí debemos preocuparnos cuando los estados de ánimo que circundan nuestras acciones cotidianas, o que de alguna manera funcionan como controladores de nuestras decisiones, están basados en cúmulos de emociones negativas, que si las dejamos crecer, se convierten en elementos discordantes y perniciosos para nuestra salud y desarrollo personal. Deseo centrar mi atención y comentarios en algunos de esos estados de ánimo que cuando los dejamos crecer, nos trastocan la vida y nos laceran el alma. Uno de ellos es el desaliento, otro más es el resentimiento y otro más es el miedo.
El desaliento ha sido señalado por muchos estudiosos de la conducta humana como algo que nos impide desarrollarnos como seres humanos en plenitud, ya que actúa como un freno emocional que nos limita en el conocimiento y por lo mismo, nos coloca en la pusilanimidad.

A causa del desaliento desajustamos nuestros propósitos de vida y nos perdemos en las vicisitudes de lo cotidiano, pues abandonamos todo intento de lucha por salir adelante. El desaliento es un estado de ánimo pernicioso por el simple hecho que nos embarga y nos hace relacionarnos con nosotros mismos y con nuestro mundo desde la resignación.

Hay algo que interpretamos como inmutable en nosotros mismos y en el mundo en que nos ha tocado vivir; es algo que nos resulta negativo, frente a lo cual no podemos abrir posibilidades nuevas y distintas. Nos sentimos condenados a futuro a vivir en este estado negativo.

El resentimiento por su parte, es una emoción negativa que a diferencia del desaliento está enfocado a otros, es el estado de ánimo que nos ayuda a justificar nuestras malas acciones en contra de los demás y es, metafóricamente hablando, la viga en el ojo propio con el cual cubrimos y nublamos nuestra vista para no ver las cualidades de quienes nos rodean y frente a quienes nos sentimos lastimados por el simple hecho de no pensar, decir o hacer las cosas como nosotros pensamos.

El resentimiento tiene como antecedente la soberbia y juntos anidan al rencor hacia determinadas acciones, situaciones o personas. El resentimiento debemos verlo como un veneno que tomamos diariamente en pequeñas dosis, y que sin darnos cuenta, llegará el momento que limitarán nuestra existencia. Es un veneno que saboreamos sobre todo cuando rumiamos nuestros recuerdos negativos sobre alguien con quienes nos unieron lazos afectivos. Así es, nadie tiene un resentimiento sobre alguien, si no hubo de por medio un afecto positivo. Así de pernicioso es este estado de ánimo, el cual debemos identificar plenamente para desterrarlo de nuestra alma.

Respecto al miedo, podemos decir que este es une sentimiento o estado de ánimo que surge cuando nos dejamos llevar por lo desconocido, cuando perdemos la perspectiva de las cosas y lejos de analizarlas con objetividad sentimos una perturbación angustiosa en nuestra vida, originada por un riesgo o perjuicio real o imaginario.

El miedo ha sido definido también por estudiosos de la psicología transpersonal, como la aprensión, recelo o incertidumbre que uno tiene por que los resultados que uno desea, sean contrarios a los esperados y en nuestro perjuicio. Este sentimiento polariza y destruye toda capacidad de razonamiento y por lo mismo, nos impide ver las soluciones muchas veces al alcance de nuestras manos.

Estos tres sentimientos van de la mano, y muchas veces no podemos discernir sobre el nivel de la intensidad de cada uno. Algún caso típico de desaliento muchas veces se inicia con un miedo terrible a hacer mal las cosas, es una combinación de desconfianza en nuestras propias capacidades y finalmente caemos en un bache de resignación de que no podemos ser como quisiéramos.

Y es ante esta situación de miedo o temor y desaliento o desconsuelo, que lejos de fincarnos responsabilidades a nosotros mismos, volteamos los ojos a terceras personas a quienes culpamos de nuestras frustraciones, y entonces completamos la triada, con el resentimiento o el rencor.

Debemos aprender a estar conscientes de que somos seres humanos sujetos a estas situaciones y por lo mismo, a estar alertas para llenarnos de fortaleza para seguir adelante, y vencer el desaliento, tener confianza en nosotros mismos y seguridad en nuestros talentos y capacidades y sobre todo en nuestra disposición de aprender para vencer los miedos a lo desconocido, y sobre todo, respeto y amor por nuestros semejantes para no dejar entrar en nuestro ánimo las malas ideas y pensamientos negativos. JM Desde la Universidad de San Miguel.
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domingo, 7 de septiembre de 2008

Reflexiones

LA FORTALEZA DEL CARÁCTER
Y EL PODER DE DECISIÓN

Jorge Meléndrez


Tomar decisiones es una característica de la voluntad, esa cualidad que junto con la templanza y la fortaleza, hacen que un ser humano sea de carácter invencible frente a las adversidades. No puede haber un carácter débil y una voluntad fuerte, al igual que no puede haber una voluntad débil y un carácter fuerte. Los seres humanos enfrentamos en la vida muchos momentos de decisión, y dependerá de cómo lo hayamos resuelto, es decir de las acciones emprendidas, como fincaremos nuestra ruta de vida y, sobre todo, nuestro propio desarrollo humano, afectivo y espiritual.

Ser invencible ante las adversidades, no significa de manera alguna que no tengamos limitaciones, sino al contrario, que éstas se empequeñecen cuando el reto es demasiado grande y demostramos que somos capaces de vencer el miedo natural frente a lo desconocido; sobre todo cuando fijamos nuestra meta en algo que queremos lograr con toda el alma. Ser invencible es mantener la serenidad frente a los problemas y razonar asertivamente. La asertividad, como otras áreas de la vida, es un proceso dinámico en el cual vamos realizando ajustes constantemente, lo que significa que somos consientes de nuestro desarrollo emocional y del crecimiento de nuestra fortaleza espiritual.

Esta última es necesaria para crecer y ayudar a que los demás crezcan. La fortaleza espiritual conforma nuestro carácter y nos permite disciplinar la mente, y una mente disciplinada es una mente pacífica y feliz. Una mente fuerte nunca se perturba por que la fortaleza de nuestro ser se nutre de la experiencia del silencio, de la conexión sutil con la fuente eterna de luz y de paz y a nivel práctico, de una actitud honesta y sincera ante la vida y los demás. Otra fuente de fortaleza para el ser humano son las bendiciones y buenos deseos que recibimos de quienes hemos servido, y una buena forma de servir a los demás es compartir nuestra fortaleza interna.

Podemos evaluar nuestro nivel de fortaleza espiritual observando la calidad de nuestras respuestas en las situaciones y en las relaciones. El que es fuerte da, el débil tiene expectativas. El que es fuerte cambia y transforma, el débil se queja. El que es fuerte sabe perdonar, el débil guarda resentimiento. El que es fuerte decide, en cambio, el débil duda. El que es fuerte fluye, el débil mide y calcula. El que es fuerte permite, el débil pone límites. El que es fuerte puede doblarse, el débil se rompe. En suma, el fuerte siempre calma y tranquiliza a quienes lo rodean. Por ello es importante ser fuerte ante lo desconocido y aprender a tomar decisiones, pues la vida es como un laberinto lleno de bifurcaciones, donde algunas decisiones son buenas y algunas otras no tanto, pero donde siempre habrá una mejor; aquella que nos produzca los mejores resultados para nuestra vida.

Pero una vez tomada la decisión, es mucho más importante tener el valor de emprender las acciones adecuadas, pues al final, una buena decisión se mide por los resultados obtenidos. ¿De que sirve haber tomado la mejor decisión, si no emprendimos las acciones correspondientes? De lo que debemos estar seguros es que cada decisión que consideremos viable, vendrá siempre acompañada de la ruta de acciones a llevar a cabo, y dependerá de nuestra voluntad y deseo de cambio para realizarlas.

Estoy seguro que muchos de nosotros conocemos casos excepcionales de hombres y mujeres que han sabido enfrentar sus aflicciones y sus adversidades, ellos son un verdadero ejemplo de vida, pues con madurez afectiva y sobre todo con voluntad férrea, han resuelto reorientar el rumbo de su destino, y estoy seguro, han encontrado una mayor felicidad y paz interior. Uno de los mejores ejemplos de vida que conozco y puedo mencionar lleno de satisfacción y orgullo, es el hecho que desde hace algunos meses, mi hijo Jorge René ha venido resolviendo muchas de sus adversidades, y lo ha hecho de manera asertiva, consiente y madura, pues mantiene a su lado una firme voluntad de ser mejor cada día y sobre todo, tiene a Dios en su corazón. El es hoy como muchos que han incorporado las virtudes divinas en su comportamiento y actividades diarias; son personas que pueden dar fortaleza a los demás. Compartir esta riqueza y sabiduría es dar un regalo invaluable. JM Desde la Universidad de San Miguel.

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sábado, 30 de agosto de 2008

Reflexiones

ACERCA DE NUESTROS ESTADOS DE ÁNIMO

Jorge Meléndrez

Con demasiada frecuencia advertimos que nuestra vida gira alrededor de nuestros estados de ánimo, situación ante la cual, no debemos preocuparnos cuando el origen de los mismos esta en el contexto de nuestras emociones positivas como son el amor, el respeto, la verdad, la generosidad, y la solidaridad con nuestros semejantes, pues estos son estados de animo edificantes para nuestro cuerpo y nuestro espíritu.

En cambio, sí debemos preocuparnos cuando los estados de ánimo que circundan nuestras acciones cotidianas, o que de alguna manera funcionan como controladores de nuestras decisiones, están basados en cúmulos de emociones negativas, que si las dejamos crecer, se convierten en elementos discordantes y perniciosos para nuestra salud y desarrollo personal. Deseo centrar mi atención y comentarios en algunos de esos estados de ánimo que cuando los dejamos crecer, nos trastocan la vida y nos laceran el alma. Uno de ellos es el desaliento, otro más es el resentimiento y otro más es el miedo.

El desaliento ha sido señalado por muchos estudiosos de la conducta humana como algo que nos impide desarrollarnos como seres humanos en plenitud, ya que actúa como un freno emocional que nos limita en el conocimiento y por lo mismo, nos coloca en la pusilanimidad. A causa del desaliento desajustamos nuestros propósitos de vida y nos perdemos en las vicisitudes de lo cotidiano, pues abandonamos todo intento de lucha por salir adelante. El desaliento es un estado de ánimo pernicioso por el simple hecho que nos embarga y nos hace relacionarnos con nosotros mismos y con nuestro mundo desde la resignación. Hay algo que interpretamos como inmutable en nosotros mismos y en el mundo en que nos ha tocado vivir; es algo que nos resulta negativo, frente a lo cual no podemos abrir posibilidades nuevas y distintas. Nos sentimos condenados a futuro a vivir en este estado negativo.

El resentimiento por su parte, es una emoción negativa que a diferencia del desaliento está enfocado a otros, es el estado de ánimo que nos ayuda a justificar nuestras malas acciones en contra de los demás y es, metafóricamente hablando, la viga en el ojo propio con el cual cubrimos y nublamos nuestra vista para no ver las cualidades de quienes nos rodean y frente a quienes nos sentimos lastimados por el simple hecho de no pensar, decir o hacer las cosas como nosotros pensamos. El resentimiento tiene como antecedente la soberbia y juntos anidan al rencor hacia determinadas acciones, situaciones o personas. El resentimiento debemos verlo como un veneno que tomamos diariamente en pequeñas dosis, y que sin darnos cuenta, llegará el momento que limitarán nuestra existencia. Es un veneno que saboreamos sobre todo cuando rumiamos nuestros recuerdos negativos sobre alguien con quienes nos unieron lazos afectivos. Así es, nadie tiene un resentimiento sobre alguien, si no hubo de por medio un afecto positivo. Así de pernicioso es este estado de ánimo, el cual debemos identificar plenamente para desterrarlo de nuestra alma.

Respecto al miedo, podemos decir que este es une sentimiento o estado de ánimo que surge cuando nos dejamos llevar por lo desconocido, cuando perdemos la perspectiva de las cosas y lejos de analizarlas con objetividad sentimos una perturbación angustiosa en nuestra vida, originada por un riesgo o perjuicio real o imaginario. El miedo ha sido definido también por estudiosos de la psicología transpersonal, como la aprensión, recelo o incertidumbre que uno tiene por que los resultados que uno desea, sean contrarios a los esperados y en nuestro perjuicio. Este sentimiento polariza y destruye toda capacidad de razonamiento y por lo mismo, nos impide ver las soluciones muchas veces al alcance de nuestras manos.

Estos tres sentimientos van de la mano, y muchas veces no podemos discernir sobre el nivel de la intensidad de cada uno. Algún caso típico de desaliento muchas veces se inicia con un miedo terrible a hacer mal las cosas, es una combinación de desconfianza en nuestras propias capacidades y finalmente caemos en un bache de resignación de que no podemos ser como quisiéramos. Y es ante esta situación de miedo o temor y desaliento o desconsuelo, que lejos de fincarnos responsabilidades a nosotros mismos, volteamos los ojos a terceras personas a quienes culpamos de nuestras frustraciones, y entonces completamos la triada, con el resentimiento o el rencor.

Debemos aprender a estar conscientes de que somos seres humanos sujetos a estas situaciones y por lo mismo, a estar alertas para llenarnos de fortaleza para seguir adelante, y vencer el desaliento, tener confianza en nosotros mismos y seguridad en nuestros talentos y capacidades y sobre todo en nuestra disposición de aprender para vencer los miedos a lo desconocido, y sobre todo, respeto y amor por nuestros semejantes para no dejar entrar en nuestro ánimo las malas ideas y pensamientos negativos. JM Desde la Universidad de San Miguel.

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Reflexiones

APRENDER A VALORARNOS COMO HUMANOS

Jorge Meléndrez

Los seres humanos somos de naturaleza gregaria, por el simple hecho de que nos necesitamos mutuamente para la sobrevivencia. Este gregarismo, se acentúa aún más cuando nos damos cuenta que somos muy vulnerables estando solos, ya que además de los peligros naturales a los que podemos estar expuestos, somos presa fácil de nuestras negatividades al sentir la soledad que nos invade. Esta es la razón por la cual buscamos afanosamente estar en permanente convivencia con nuestros semejantes, pues hemos aprendido que muchas cosas que nos son adversas, se solucionan mejor viviendo en grupos sociales y dentro de estos, formando equipos solidarios para la solución de nuestros problemas.

En efecto, a partir del momento histórico en que el ser humano se reconoce como gregario y empieza a vivir como tal, ha evolucionado en forma constante, y ha desarrollado entorno a él una red de relaciones y fenómenos que entendemos por sociedad. Estas relaciones poseen su propia naturaleza y constantemente son utilizadas como parte de su desarrollo personal y espiritual.

Hay que advertir además, que a pesar de este sentimiento gregario en el que hemos vivido desde la creación, con frecuencia buscamos la soledad y el aislamiento, sobre todo cuando tenemos el interés de buscar en el interior de nuestra conciencia, aquellos rasgos de personalidad de nos aquejan, condición natural del ser humano que aprende y busca constantemente la fuente de la sabiduría dentro de un contexto espiritual. Ese aislamiento es incluso recomendable cuando se quiere mantener una vida afectiva y feliz con quienes nos rodean.

Lo curioso es que siendo verdad esta dualidad, el de ser gregario y necesitar de la soledad, vivimos también sentimientos que nos confunden y nos lleva por caminos enrarecidos, sobre todo cuando dejamos que las emociones negativos nos invadan y nos laceren el alma, Así son los sentimientos como la envidia, la vanidad, la soberbia, la maledicencia entre otros, que nos hacen ver a nuestros semejantes como enemigos, llegando incluso a trastocar nuestra mente permitiendo que rebasen los límites del respeto, la tolerancia y el amor a nuestros semejantes.

Cuando caemos en esta condición degradante, dejamos de ser hombres, seres humanos pensantes y nos convertimos en animales no domesticados, es decir, animales salvajes que atacan sin piedad a otros sin el menor remordimiento por las consecuencias e incluso, tratando muchas veces de justificar dichas acciones cuando a todas luces son injustificables. Algo pasa en el ser humano cuando pierde su conexión con Dios, y conecta sus oídos a la voz del maligno, quien se presenta disfrazado de lujos, comodidades, poder, riqueza y demás placeres de la vida que pueden conseguirse de manera fácil y sin esfuerzo alguno. Este es el preciso instante en que dejamos de ser humanos para convertirnos en inhumanos, en seres que perdemos la perspectiva de la vida humana y el valor de lo divino como esencia.

Cuando una sociedad pierde de vista el valor divino de lo humano y el valor absoluto de la vida, es cuando empieza la degradación de lo humano, situación que muchas veces sucede casi de manera imperceptible, pues el maligno nos habla al oído y nos hace sentir que todo está bien y el encuentro de lo placentero nos nubla la vista y la razón.

No hay ser humano que alejado de Dios se resista al maligno, pues mientras que el Señor nos reclama una vida de sacrificio, lejos de las banalidades y cerca del amor por nuestros semejantes, el maligno nos ofrece placeres y nos dice que la única vida que vale la pena vivir es la nuestra, sin importar la de los demás. Egoísmo puro y soberbia galopante. Los que caen no son los más débiles, sino los más alejados de Dios; por eso es que la única fuerza con la que el maligno no puede ni podrá nunca, es la oración y el amor a Dios y a nuestro prójimo.

Es tiempo de empezar a valorar nuestra vida y la de los demás seres humanos, de todos aquellos con quienes convivimos a pesar de nos ser de la misma familia o del mismo clan social. Todos somos necesarios, todos podemos ayudarnos los unos a los otros, todos podemos ser subsidiarios de cada uno. Todos podemos vivir dentro del respeto a la vida y del orden social. Vivir en una sociedad así es la legítima aspiración de todos, y debemos empezar aprendiendo a valorarnos como humanos dentro del orden espiritual y el plan divino de la creación. No podemos seguir siendo caínes de nuestros hermanos. JM Desde la Universidad de San Miguel.
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miércoles, 13 de agosto de 2008

Reflexiones

DON JORGE DEL RINCÓN; EJEMPLO VIVO DE LAS VIRTUDES CARDINALES
Jorge Meléndrez

No tengo duda alguna que perder a un hijo es un dolor tan grande que no tiene explicación ni sentido, incluso aún cuando la pérdida está precedida por un accidente o una enfermedad inesperada, pues es un suceso fuera de la lógica temporal, donde lo natural es que los hijos sobrevivan a los padres y no a la inversa.
Perder a un hijo(a) es tan indescriptible que ni siquiera hay un nombre para designarlo, pues cuando perdemos al cónyuge, somos viudos(as) y cuando perdemos a los padres, somos huérfanos, pero perder a un hijo(a) es algo que solo tiene explicación cuando asimilamos la pérdida afianzados en la fe y la esperanza como virtudes teologales que nos dan la certeza de que los designios del Altísimo están por encima de toda explicación y lógica humana. El día de ayer por la mañana, entré a la sala funeraria y a cierta distancia pude ver a Don Jorge y a su hijo Germán recibiendo las condolencias de los amigos, y con el respeto que la ocasión ameritaba, me fui acercando para manifestarles a ambos la pena y el dolor que nos ha causado en nuestra familia la lamentable pérdida de Marco Iván, sin embargo, en ese momento pude hacerlo solo con Germán, pues Don Jorge tuvo que atender una inesperada llamada de su celular.
Esperé a que terminara de hablar, y pude darle el abrazo solidario al amigo, quién me sorprendió con su entereza, su fortaleza y su templanza, lejos del abatimiento y el rencor, un hombre de una pieza entera, y con una mirada viva que refleja la fe en Dios y una vida plena en su gracia espiritual. ¡No puede ser de otra manera!, me dije a mi mismo, solo cuando se vive en plenitud con Dios, se puede tener una actitud como la de Don Jorge, a quien admiro como hombre de bien y empresario entregado a las mas nobles causas a favor de la sociedad.
A partir de ese instante, mi admiración a crecido aún más, pues es el fiel reflejo de cómo debemos vivir nuestra vida cristiana. Y no puedo dejar de mencionarlo, también le dimos nuestro pésame a Doña Elisa de Del Rincón, y junto con el abatimiento del dolor de una madre, percibí de nuevo la fortaleza y la templanza que estoy seguro viven en comunión como esposos. Son en verdad un ejemplo de vida en la fe cristiana. No creo que ninguna madre que haya perdido un hijo guste de un adjetivo como el de ser viuda o huérfana, pues el amor de una madre hacia los hijos, es lo más fuerte que existe, tanto que la relación nunca se pierde pues el hijo vive por siempre en el corazón de una madre.
El mejor ejemplo de entereza nos lo dio la virgen María frente al calvario de su hijo Jesús, quién a pesar del dolor de perder a su amantísimo y único hijo, supo enfrentar la adversidad con humana entereza. Hoy la iglesia le llama "La Dolorosa" a la imagen de la virgen que lloró la muerte de su hijo, o bien, "La Piedad" a la hermosa escultura de Miguel Ángel y que representa la muerte del hijo en los brazos de la madre.
Pero a pesar de ello, estos nombres no han tenido la estatura gramatical para ser considerados como nombre para este suceso. Hay un pequeño breviario cristiano cuyo autor, el Dr. James Dobson, intituló "Cuando lo que Dios hace no tiene sentido", y cuyo valor espiritual radica en que narra una serie de sucesos que solo tienen explicación afianzados en la fe y en la práctica de las virtudes cardinales, donde la Prudencia nos enseña la manera en la que debemos conducirnos tanto frente a las cosas ordinarias como extraordinarias.
La justicia es la que nos permite llenar nuestro corazón de amor de misericordia y caridad por nuestros hermanos, pues es un principio fundamental de la existencia y coexistencia de los hombres.
La fortaleza, es la virtud que de acuerdo a la doctrina del Santo de Aquino, se encuentra en el hombre que está dispuesto a afrontar los riesgos de vivir y dispuesto a soportar las adversidades que la vida nos presenta, sin perder de vista la verdad y la justicia divina. La virtud de la fortaleza nos permite enfrentar los miedos naturales y nos da la fuerza para superar la debilidad humana y, sobre todo, el temor a lo incierto e inexplicable a los sentidos.
La templanza por su parte, es la virtud que nos capacita para vivir en armonía y equilibrio emocional; es la que nos permite vivir controlando y canalizando adecuadamente nuestras tendencias naturales, es el justo equilibrio entre el desenfreno y la insensibilidad humanas, razón por la cual también se le identifica con la sobriedad de vida.
A toda la Familia Del Rincón, les reafirmamos nuestras sentidas condolencias. ¡Gracias Don Jorge por ser un hombre ejemplar! JM Desde la Universidad de San Miguel.

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viernes, 1 de agosto de 2008

Reflexiones

LA VIDA VALE CUANDO TIENES
EL VALOR DE ENFRENTARLA

Jorge Meléndrez

Hace unos días, platicando con mi hijo Jorge René, quién ha sabido enfrentar y vencer con la ayuda de Dios una serie de adversidades que la vida le ha presentado, desde una enfermedad de hodgkin (cáncer en su sistema línfático) hasta problemas derivados de su propio desarrollo existencial, llegábamos a la conclusión de que la vida vale la pena vivirse aún cuando se tenga que sufrir y enfrentar adversidades diversas, sobre todo aquellas que nos dejan una gran lección y un gran aprendizaje de vida. Esta reflexión, es ahora parte de su vida y forma parte de su nuevo acervo cultural donde el “solo por hoy” y “una vida con propósito” son las divisas más importantes.

Tanto él como nosotros, su familia, estamos convencidos de que Dios es quién rige nuestras vidas y nuestro destino, y nos pone los medios para elegir en libertad lo que deseamos vivir, de tal manera que nada es casual, sino que todo es producto de la causalidad, es decir, de un plan divino donde los hombres solo somos una parte importante del Cosmos organizado por el Altísimo.

Y como nada es casual, sino producto de una relación de leyes universales, como la de causa-efecto, le doy gracias a mi buen amigo Raúl Carrillo, por ser parte de esta cadena al tener el impulso de enviarme por e-mail, un escrito con un título que retomé para esta reflexión, y cuyo contenido son una serie de pensamientos que interpretamos mi hijo y yo como parte de su propia reflexión de vida diaria y que vale la pena dar a conocer en esta columna. Estas son algunas de las que mayor motivación nos causaron:

“...Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas y comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un niño.”

“Aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío y después de un tiempo, aprenderás que el sol quema si te expones demasiado y aceptarás que incluso las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas.”

“Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma y descubrirás que lleva años para construir confianza pero apenas unos segundos para destruirla, y que tu también podrías hacer cosas de las que podrás arrepentirte el resto de la vida. “
“Aprenderás que las verdaderas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.”

“Aprenderás a descubrir que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos porque nunca estaremos seguros de cuando será la última vez que las veamos. “

“Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.”

“Aprenderás que si no controlas tus actitudes, estas te controlarán a tí, y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación, siempre existen dos lados a elegir, donde solo uno siempre será el bueno. Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario enfrentando las consecuencias.”

“Aprenderás que no siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo. Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.”

“Aprenderás que no importa en cuantos pedazos se partió tu corazón, el mundo no se detendrá para que lo arregles. Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, deberás cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces sabrás que realmente puedes soportar, que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Por todo ello, Aprenderás que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.” (Fin de las citas) ¿Interesantes verdad? ¡Felicidades hijo, por tu nueva vida con propósito! JM. Desde la Universidad de San Miguel.

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Reflexiones

APRENDER A DESCANSAR EL CUERPO Y LA MENTE

Jorge Meléndrez

Los seres humanos vivimos aceleradamente el presente, un poco aferrados al pasado y con la incertidumbre de los tiempos por venir. ¡Una paradoja de vida!, pues pareciera que sin desprendernos del ayer o frenados con las cosas que ya sucedieron, buscamos adivinar nuestra posición en el futuro que aún no ha llegado y ante esta situación, descuidamos vivir el presente en plenitud y nos llenamos de estrés y preocupaciones y, en consecuencia, nos laceramos el alma y la vida. Por ello resulta necesario que aprendamos a descansar el cuerpo y la mente.

¿Qué podemos hacer para lograrlo? En primer lugar, debemos hacer un buen recuento de nuestros problemas más cotidianos y que no nos permiten descansar la mente. Los clasificamos y priorizamos en problemas urgentes e importantes, y estos a su vez, en los que la solución depende de nosotros y aquellos cuya solución está fuera de nuestro alcance. Desechamos éstos últimos y de esta manera, los reducimos y los hacemos más manejables y entonces podemos empezar a analizarnos uno a la vez y las soluciones empezarán a brotar como por arte de magia. Haciendo esto, estaremos aprendiendo a descansar la mente, pues al asumir una actitud responsable y encontrar la solución factible, el estrés y la angustia empezarán a disminuir, y con ello, vendrá el placer del descanso mental.

Pero la mente, que es la cuna de las emociones, requiere de ayuda externa, y esta la puede proporcionar el aprendizaje de cómo manejar nuestro cuerpo, pues como reza el aforismo,”Mente sana en cuerpo sano” y esto puede lograrse con disciplina en muchas de nuestras labores y actividades cotidianas. Por ejemplo, tomar solo alimentos sanos y nutritivos, hacer ejercicio diario, al menos caminata de 20 a 30 minutos, y sobre todo, evitando desvelos y disfrutando de al menos 6 o 7 horas de sueño profundo. Pero todo esto que parece tan simple, es lo menos que hacemos diariamente. Nos alimentamos mal, abusamos del desvelo, dormimos poco y no hacemos ejercicio, y con un cuerpo cansado y una mente agotada, los problemas aún cuando sean pequeños y solucionables, nos parecen del tamaño de la piedra del Pípila y se convierten en una verdadera carga emocional.

Por ello, debemos aprender primero a tomar conciencia de la necesidad que tenemos como seres humanos tanto del descanso físico como del descanso emocional, ya que son los dos elementos más importantes mediante los que se consigue mantener una buena salud física y mental, pues suprimimos enfermedades, mantenemos vitalidad y buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico y se regeneran las funciones vitales de nuestro cuerpo.

En el descanso pleno hay quietud natural, podemos percibir las cosas más insignificantes como el aleteo de los pájaros, el susurro de los insectos, el chasquido del agua de lluvia y el olor del viento y se da un círculo virtuoso de la vida del hombre frente a la naturaleza y el contacto con ésta, nos permite generar un silencio profundo y contemplar la vida en su plenitud, pues en el profundo silencio, se activan nuestras fibras sensibles, se afina la conciencia y se logra un estado de meditación y de lo más recóndito del alma brota la oración que nos conecta con el Altísimo, ese ser del que proviene el verdadero silencio y donde nuestro potencial humano se vivifica y se repone.

Aprender a descansar es aprender a convertir el ocio pernicioso en un ocio creativo, ese que nos permite conectarnos con las sensaciones y con los sentidos y sobre todo, que nos enseña a romper con los moldes de vida cotidianos y que se han convertido en paradigmas que rigen nuestra vida y nos atan a los apremios, a las angustias y a los esfuerzos inútiles que nos dan la sensación de vacío existencial, de todo eso que implica el vivir aferrados al pasado y tan proyectados hacia el futuro incierto.

Aprender a descansar el cuerpo y la mente, significan también aprender a vivir fuera de las complicaciones y dentro de la sencillez de lo cotidiano, y nos permite además, comprender que no podemos vivir haciendo más de lo humanamente posible ya que dentro de lo humano está la necesidad fundamental de darnos el tiempo para el descanso, la contemplación, la meditación y la oración frente a nuestro ser superior. ¡Aprendamos pues a descansar nuestro cuerpo y nuestra mente! JM Desde la Universidad de San Miguel.

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Reflexiones

SEMBRAR PENSAMIENTOS PARA COSECHAR UN CARÁCTER

Jorge MELÉNDREZ


Mucho se ha escrito acerca del carácter, sin embargo, el pensamiento que a mi juicio es el mas bello, sublime y completo, es el que a la letra dice: “Siembra pensamientos y cosecharas deseos, siembra deseos y recogerás acciones, siembra acciones y cosecharás costumbres, siembra costumbres y formaras un carácter.” (Anónimo)

Así es la dimensión de la educación del carácter, por ello es especialmente difícil, porque es algo que se fragua muy en el interior del alma del adolescente, hombre o mujer, además de que es una cuestión personalísima; tanto que resulta prácticamente imposible, definir con precisión en que consiste ser una persona con carácter.

Por lo general, decimos que tener carácter, "...es la adaptación firme de la voluntad en una dirección y sentido adecuado", o bien, entendemos que "...es la lealtad personal hacia nobles principios", o en otros casos, "...el modo de ser peculiar de cada persona por sus cualidades morales ", también, "... que se tiene firmeza de principios y que se actúa en consecuencia."

Hace mas de 2,500 años, Tales de Mileto, filósofo griego, escribió que "...lo mas difícil del mundo es conocerse a sí mismo, y la mas fácil de las acciones es hablar mal de los demás", por lo que quién tiene la capacidad de conocerse a sí mismo, pronto adquiere la capacidad de conocer a los demás, y esa es una cualidad que falta en muchos de los adultos de nuestra generación, que nos dedicamos a hablar y a criticar a los jóvenes por su manera de ser, de vestir y de comportarse, olvidando que cada generación adopta su propio esquema y patrón de valores; en tanto que los jóvenes, por su parte, también pretenden, escudados en su edad y nivel y grado de madurez, que los adultos permitan que rompan el "statu-quo" del deber ser de las cosas, situación en la que también están equivocados.

Este es uno de los aspectos mas difíciles para los seres humanos adultos, entender a los seres humanos jóvenes, sobre todo por el hecho de que la memoria se pierde con suma facilidad, y la mayor de las veces, uno espera que ellos se comporten ante determinada situación, de manera tal como lo hacemos los adultos, y la verdad es que ésta una aspiración que aunque legítima, es prácticamente imposible, por el simple hecho de que ambos, jóvenes y adultos, vivimos juntos pero en mundos diferentes.

No deseo con lo antes expresado, decir o dar a entender que todas las conductas y actitudes de los jóvenes deban ser justificadas, sino simple y sencillamente que los adultos, por el hecho de ya haber sido jóvenes, estamos mas capacitados para ponernos en lugar de ellos y tratar de analizar las cosas desde su particular punto de vista, mientras que a la inversa, a un joven no se le puede pedir que piense y actúe como adulto, por la sencilla razón de que no lo es.

Debemos recordar que un día también nosotros tuvimos esa hermosa edad, y que en nuestros corazones latieron las dudas y las desesperanzas, los anhelos y las frustraciones, las inquietudes y los temores, y nunca, resolvimos nuestros problemas como adultos, sino siempre en la dimensión del carácter de nuestra edad.

En efecto, en el ser interior de un joven, laten una infinidad de situaciones difíciles de medir y cuantificar, y quienes no tratan a jóvenes, o lo hacen con poca frecuencia, no sospechan siquiera los torbellinos y tempestades que anidan en su corazón y les templan el carácter, por el hecho de haber olvidado los afanes que pasaron, razón por la cual, de manera inadvertida, no comprenden al joven en su totalidad.

El carácter se inicia con la voluntad y el conocimiento de nuestras virtudes y defectos, una de las cosas mas difíciles del ser humano, pues por lo general, el hombre tiende a ser complaciente con si mismo y a justificar errores y negligencias.

En general, todos los seres humanos debemos aprender a convivir con nuestros semejantes, y más los adultos frente a los jóvenes y viceversa por el hecho de que manejamos nuestros valores y capacidades de manera diferente; el joven, abrevando la experiencia, y el adulto, por su parte, revitalizando sus capacidades. Esta es una buena manera de empezar a conocerse a sí mismo, siendo la clave de como el joven empezará a ser el artífice de su destino y con sus acciones derivadas en costumbres, formará y templará un carácter, que lo dotará de fortaleza espiritual para sortear todos los obstáculos. ¡Amigo adulto, hay que aprender a tiempo a comprender a los jóvenes, antes de que ellos lo sean, y nosotros ya no tengamos la oportunidad por haber pasado el umbral de la tercera edad. ¿No lo crees así? (JM) Desde la Universidad de San Miguel

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Reflexiones

¡…QUE RÁPIDO CRECEN LOS NIETOS!

Jorge Meléndrez

No hace muchos meses que mis nietos eran unos bebés a los que su mamá debía atender de todo a todo, sin embargo, hace muy poco tiempo, quizá un año o más, que empezaron a crecer no solo en su cuerpo, sino también en su inteligencia y sus actitudes emocionales y hoy son unos niños que aunque aún pequeños, demuestran una extraordinaria madurez en su proceso de crecimiento, y desarrollo emocional, por lo que no puedo dejar de decirme a mi mismo e incluso comentar con mi esposa, sobre lo rápido que crecen los nietos.

Lo más importante es que ellos saben y están conscientes de su avance y crecimiento y aún en sus juegos, adoptan actitudes con las cuales quieren demostrar que ya nos son unos niños bebés, que ya son capaces de valerse por si mismos e incluso, prefieren hacer las cosas de manera directa sin necesidad de ser apoyados por los adultos. ¡Que bueno que así es…! Y debo reconocer además, que de esta manera van creciendo y desarrollando sus facultades de independencia que estoy seguro, en el futuro inmediato, les servirá para definir y delinear mejor su perfil de lo que quieren para su vida futura.

Una de las sorpresas más agradables y recientes, fue recibir una llamada del celular de mi hija, donde quién había marcado y llamaba para preguntarme algo sobre el destino de las vacaciones de este verano, fue mi nieto mayor, David Alberto, quién terminó invitándome a su fiesta de fin de cursos de segundo año de kinder, donde él y su hermano, -así me dijo- iban a participar en un festival sorpresa de Rock and Roll. De esta manera la sorpresa fue múltiple, pues al preguntarle por su mamá y decirle que me la pasara para hablar con ella, pues suponía que ella le había marcado mi número, me dijo que no estaba en ese momento, confirmándome que el había marcado el número de mi celular directamente.

Cuando platique esto con mi hijo Jorge René, quién bendito Dios ha salido de muchas de sus aflicciones y se encuentra plenamente reintegrado a su vida familiar y laboral, y que hoy lo veo como un regalo de Dios y un ejemplo del retorno al hogar del hijo pródigo, se rió un poco y me dijo: --¡Papá, ellos son niños de una nueva generación!, mucho muy diferente a nosotros cuando fuimos niños, refiriéndose a él y a sus hermanas, a quién todavía les toco ver televisión en casa en blanco y negro y sin control remoto, mientras que David Alberto y Jorge Miguel, saben lo que son los controles alfa-numéricos y además, los manejan con asombrosa habilidad.

Una anécdota más es que desde hace ya algunos meses, Jorge Miguel, el menor quién pronto cumplirá cuatro años de edad, estando en casa me dijo: --¡Abuelo, vamos a dibujar en la compu….! Así que como abuelo complaciente fuimos al estudio y nos sentamos frente a la computadora y le dije: --¡Ándale pues dibuja...!, y acto seguido me contestó: --¡Primero pon el programa y dime que quieres que te dibuje…! Entonces me reí pues no pude hacerlo caer en la trampa de que no podía hacerlo, y se puso a dibujar en el “Paint” unas casitas con riachuelo, nubes, sol y arco iris en el cielo. En eso estábamos cuando llegó David Alberto, el mayor, y me dijo: --¡Ahora sigo yo, Toto, quiero armar rompecabezas; y ahí me tienen buscando programas de rompecabezas (Puzzle’s) con el único fin de que mi querido nieto me demostrara sus habilidades de memoria y creatividad, para los que déjenme decirles, es todo un experto a su corta edad. Recuerdo también, que hace solo unos días, después del fin de cursos en el kinder, mi hija los inscribió en una escuela de disciplina Kung-fu, y ya, muy emocionados, llegan todas las tardes a demostrar lo que juntos han aprendido. ¡La verdad, son una amor de nietos!

No quiero dejar de comentar que tenemos un ahijado de nombre Luis Eduardo, que a su corta edad, pues es un niño muy formal a pesar de que tiene apenas ocho años de edad, es ya todo un virtuoso del piano a quien desde esta esquina reflexiva, le mando un abrazo muy cariñoso extensivo a su hermanita Rebeca, quién es la princesita de su casa, una niña hermosa y de modales muy delicados. Felicito también a mis compadres Luis y Bety por ser papás de estos niños. ¡Felicidades!

No cabe duda que los tiempos cambian y también la forma de educar a los hijos; podemos notarlo más quienes estamos en contacto con las generaciones más jóvenes, por el simple hecho de que nos damos cuenta como solucionan sus problemas cotidianos, a diferencia de nuestra generación, e incluso la de nuestros hijos, que todavía requerían la intervención de los adultos. Que bueno que así sea, pues de esta manera, se aprovechan los elementos del entorno para educar positivamente sin perder los valores esenciales de la vida. JM Desde la Universidad de San Miguel.

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martes, 8 de julio de 2008

Reflexiones

LA SATISFACCIÓN DEL DEBER CUMPLIDO

Jorge Meléndrez

El día de ayer viernes 4 de julio por la tarde, en el Auditorio de la Universidad de San Miguel, se celebró la ceremonia de Graduación de la primera Generación de Licenciados en Administración de Negocios, una licenciatura que como comentábamos en esta misma esquina reflexiva la semana pasada, fue diseñada especialmente para personas adultas que en algún momento de su vida, pudieron pensar que era imposible hacer una carrera profesional, la que fue diseñada bajo una modalidad de una materia por mes, con clases diarias de dos horas y media y con una metodología de aprendizaje tutorial y antologías como material de estudio.

Tuvimos la oportunidad de darles un mensaje de despedida dentro de un ambiente de emoción de cada uno de los graduados y sus familiares y amigos, que fueron testigos de honor de este importante acto en su vida.

Ahí, tuve oportunidad de felicitarlos y desearles lo mejor del mundo, pues se lo merecen como personas que supieron tener un sueño y sobre todo, mantenerlo y no desenfocarse en el logro del mismo. Ellos son el mejor ejemplo de lo que el hombre puede hacer cuando se define metas de vida.

Entre otras cosas, les dije: “…Los felicito por haber cumplido con uno de sus anhelos más deseados, con un sueño de vida en su edad adulta, con una meta que pudo haber parecido inalcanzable hace unos pocos años, pero que hoy es una realidad. Darse para si mismos, una carrera universitaria.”

“…De igual manera, les exprese mi agradecimiento por haber elegido a la Universidad de San Miguel como su institución de estudios profesionales, con la seguridad de que hemos hecho lo mejor posible por formarlos en una carrera empresarial dentro de un humanismo integrador, y conocimientos de vanguardia.”

“Sabemos que no nos defraudarán, pues a pesar de que el mundo que les espera esta lleno de retos, también lo está de oportunidades y ustedes con su experiencia de vida laboral y sus conocimientos adquiridos, sabrán hacer el mejor papel en sus responsabilidades como profesionistas.”

Les recordé: “…hace tan solo tres años y algunos meses, ustedes llegaron llenos de incertidumbre, dudas e ilusiones y hoy, los reintegramos al mundo laboral más maduros, con muchas más ilusiones y con menos dudas e incertidumbres. A ustedes, les extiendo mi mano y les confirmo que cuentan con un amigo que los apoyará siempre de manera incondicional, pues como rector de la universidad, me siento muy orgulloso de todos ustedes, que han demostrado ser capaces de plantearse metas y proyectos de vida, y sobre todo, de emprender acciones en busca de su superación personal y profesional.”

“Créanmelo, en estos tres años y ocho meses, cada uno de ustedes han sido importantes para todos quienes tenemos una responsabilidad dentro de la universidad, sobre todo, de los profesores y directivos, ya que los hemos visto crecer emocional y espiritualmente.”

Se les dijo también que todo lo que hoy han logrado debe servir de ejemplo para muchas otras personas, por lo que “…son el mejor testimonio del origen y el inicio de una de las carreras que nació para darle a personas adultas como ustedes, una oportunidad de vida profesional, y con ello, demostrar que con voluntad y fortaleza de carácter, y sobre todo con un entorno educador propositivo, se pueden lograr las metas propuestas como proyecto de vida.”

“Por ello, deben cuidar la integridad de las demás personas y en particular, cuidar la integridad de su persona, ya que esto constituye un aspecto toral en el futuro de sus vidas. Todos debemos aprender a ser personas íntegras en todos sentidos, y la mejor fórmula para robustecer nuestra integridad, es trabajar en nuestra vida interior, en el respeto a las demás personas y ayudar a otros a crecer emocionalmente.”

“Que no pierdan la capacidad de asombro frente a los graves problemas de la desigualdad existente, y sobre todo, que cultiven hábitos de vida que les den la fortaleza necesaria para desempeñarse con ética en el entorno social y profesional donde actúen.”

Con estas palabras y algunas recomendaciones, despedimos de las aulas a estos alumnos pioneros en esta licenciatura, con la satisfacción del deber cumplido para bien ellos mismos y sus familias. JM Desde la Universidad de San Miguel.

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jueves, 3 de julio de 2008

Reflexiones

NUNCA ES TARDE PARA LLENAR UN HUECO EN LA VIDA

Jorge Meléndrez

Con la convicción de que “nunca es tarde para llenar un hueco en la vida”, iniciamos hace poco más de cuatro años, un proyecto educativo dirigido especialmente para personas adultas, hombres y mujeres que por alguna razón tuvieron que truncar sus estudios en el nivel del bachillerato o bien de una carrera profesional, y que por lo mismo, se incorporaron al mercado laboral con las herramientas y conocimientos que entonces tenían. Este proyecto educativo fue denominado PROGRESSA, por el alto significado que en sí mismo el concepto tiene, pero más aún, por significar, como acrónimo, un “Programa de Educación Superior Solo para Adultos”.

Este proyecto educativo, se diseño de manera muy especial para este tipo de personas, donde se incluyen amas de casa e incluso, profesionistas de ramos distintos pero que requieren conocimientos especializados en el campo de los negocios; una licenciatura ejecutiva que hoy rinde sus primeros frutos, pues esta misma semana que inicia, se graduarán los primeros siete egresados, todos con muy buenas resultados académicos, y donde se encuentran inscritos más de 120 personas.

Apenas el jueves por la noche la Universidad los despidió de sus aulas ofreciéndoles una cena en su honor, contando con la presencia del Ing. Radamés Díaz Meza como invitado especial, quien les dirigió unas palabras de aliento por su nueva responsabilidad social que ahora asumen como profesionistas egresados de la Universidad de San Miguel. El escenario fue el Salón del Hotel San Luis, donde cada uno de los egresados, tuvieron la oportunidad de intercambiar opiniones con el conferencista invitado. La experiencia personal y profesional del Ing. Díaz Meza, pero sobre todo su don de gentes, fueron factores decisivos para hacer de su charla un espacio de aprendizaje, sobre todo por haber abordado conceptos de crecimiento y desarrollo personal, que sin duda alguna, son los factores más importantes que hacen de las personas el ser gentes de bien.

La ética empresarial y la moral personal, son lo que delinean a una persona de éxito en la vida, señaló el Ing. Radamés Díaz Meza, sobre todo cuando van acompañados de cualidades personales que tienen que ver con la generosidad y el respeto a las personas. Un factor de éxito, les dijo, es tener siempre a Dios como destino de vida, y hacer siempre muchos y muy buenos amigos, pues una red de esta naturaleza podrá siempre capitalizarse en el futuro cuando se emprenda un negocio o cuando se esté al frente de alguno.

Agregó el Ing. Díaz Meza, algunos aspectos de vida personal y profesional, y como a pesar de sus pocos años de vida, ha tenido que tomar decisiones muy importantes con el fin de no desenfocarse en el propósito que él descubrió para si mismo; el ser empresario independiente, cuando a temprana edad disfrutaba de una respetable posición dentro del sector bancario y financiero como Director de División de una importante firma bancaria. Por eso no deben tenerle miedo a tomar decisiones que cambien el rumbo de su vida, y más aún cuando se encuentren apoltronados en el terreno de la comodidad, pues cuando el propósito lo han visualizado como parte de un sueño realizable y una meta factible, la fe, la confianza y el trabajo son lo único que les ayudará a salir siempre adelante.

Por nuestra parte, los felicitamos por no haber desistido en su empeño de hacer una carrera profesional, y sobre todo, por haber puesto todo su empeño personal para ser siempre buenos estudiantes, estudiantes de excelencia.

Se les recordó que uno de los valores más importantes que pueden tener siempre en la vida es la autenticidad, el ser siempre merecedores de la confianza de las personas que los rodean, utilizando para ello, una pequeña historia que ejemplifica muy bien como deben comportarse en la vida. “Cuentan de un viejo sabio que se encontraba siempre a las afueras de una ciudad, donde había un pozo de agua donde los viajeros llegaban a refrescarse. Cierto día, estando el viejo sabio con su discípulo cerca del pozo, llegó un viajero que le preguntó; --Dígame señor, ¿Cómo es la gente de este pueblo?, Respondiendo el viejo: --¿De donde viene usted? De una ciudad del norte, le dijo el viajero, --¿Y como es la gente de allá?, preguntó el sabio. Pues la gente de donde vengo es gente de mal corazón, contestó el hombre aquel. Entonces el sabio le dijo: --¡Pues aquí no encontrará usted gente muy diferente…! Un poco más tarde, llegó un nuevo viajero, que preguntó lo mismo, y el sabio respondió de la misma manera. Y cuando el hombre aquel le dijo que la gente de la ciudad de donde venia era muy buena y comprensiva, el sabio le dijo que la gente de ese lugar, era igual de buena y bondadosa, que no se preocupara mucho.

Fue entonces que el discípulo que había sido testigo del dialogo con los dos viajeros, le preguntó a su maestro, el viejo sabio: --¿Por qué a ambos les ha dicho cosas diferentes?, a lo que el sabio contestó: --¡Por que cada quien va a encontrar lo mismo que trae” (Fin de la historia) La moraleja es que cada uno de ustedes, como nuevos profesionistas, deberán comportarse siempre con rectitud y buenos hábitos, pues entonces siempre encontrarán los frutos de su cosecha. JM Desde la Universidad de San Miguel.

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viernes, 20 de junio de 2008


LAS COSAS BELLAS DE LA VIDA

Jorge Meléndrez

Las cosas bellas de la vida y que nos son placenteras a los sentidos, son completamente gratis, pues su valor esta en la forma como aprendemos a verlas y sentirlas. ¿Cómo que cosas? Podría alguien decirme. Aquí va una pequeña muestra de cosas que verdaderamente nos dan felicidad y que no tienen ningún costo: una sonrisa de un niño, un abrazo del hijo o de la hija, un beso de la persona amada, disfrutar con la pareja una puesta de sol sobre la playa, ver la luna cayendo sobre el mar, estrechar una mano que te ayuda, un amigo que te comprende, una familia unida por el amor, una buena pieza musical que te hace recordar momentos felices, un paseo por el parque en buena compañía, una aroma de una flor, el arrullo de los pájaros, la brisa matinal, contemplar las estrellas, una copa de vino con los amigos, y tantas cosas más que están ahí siempre al alcance de nuestra mano. Hay una pequeña historia que nos ejemplifica muy bien como debemos ver a la felicidad.

La historia dice así: “Se cuenta que hace muchísimos años había un hombre de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacia sentirse el hombre mas feliz sobre la tierra. Como de costumbre muchas personas le tenían envidia, por que en efecto, lo veían siempre feliz y deseaban a toda costa conocer su secreto. Así, reyes, príncipes, y hombres ricos, le ofrecían poder y dinero para obtener el cofre, pero todo era en vano, mientras mas lo intentaban, mas infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir.

Así pasaban los años y el hombre aquel era cada día mas feliz, pero cierto día, llegó un niño y le dijo: Señor, Yo también quiero ser inmensamente feliz, ¿Por que no me enseñas todo lo que debo hacer para conseguirlo? El hombre aquel, sabio por naturaleza, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: ¡A ti si te enseñare el secreto para ser feliz, ven conmigo y presta mucha atención! Mira, en realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser completamente feliz y estos cofres son mi mente y mi corazón y el gran secreto que estos cofres guardan no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida, El primer paso, es que debes dar siempre gracias a Dios todos los días que vives. El segundo paso, es que debes quererte mucho a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, yo soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, no hay obstáculo que no pueda vencer. El tercer paso, debes poner en practica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño a las personas que amas, si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. El cuarto paso, no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, pues esto llena tu corazón de frustraciones. El quinto paso, no debes albergar en tu corazón rencor ni resentimiento hacia nadie y si alguien te ha herido deja que las leyes de Dios hagan justicia y tú perdona y olvida. El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes del cosmos, mañana alguien te quitara algo de más valor. El séptimo paso es que no debes maltratar a nadie, todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera por lo que somos, por eso nunca discrimines a nadie por ser diferente a ti. Y por ultimo una de las cosas mas importante en esta vida, levántate siempre con una sonrisa a flor de labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bello de la vida, piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes, ayuda a los demás sin pensar que vas a recibir algo a cambio, mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser también felices. (Fin de la historia)

Moraleja: La felicidad no tiene ningún costo, las cosas bellas de la vida están dentro de cada ser humano. Esto es lo que debemos aprender los seres humanos, a distinguir que se puede ser verdaderamente feliz y disfrutar de las cosas bellas de la vida, y no dejarnos llevar solo por el hedonismo y la satisfacción de los sentidos. El sentido de la felicidad es una cualidad que Dios nos dio a los humanos para con ello darle gracias por la vida misma. JM Desde la Universidad de San Miguel.

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Reflexiones

ALAS DE MARIPOSA, Una vida plena de amor

Jorge Meléndrez

Cuando los seres humanos derramamos sobre quienes nos rodean; sobre todo nuestra familia y nuestros hijos y nietos todo el amor que nos alienta en la vida; significa un acto de amor pleno e incondicional, pero cuando nuestro corazón se reboza de ese amor, tenemos que aprender a darlo a nuestros semejantes, sobre todo a aquellos que sufren los embates de los juegos fatuos de la vida y que requieren para su rehabilitación pequeños soplos de vida impregnados con amor solidario. Así es la Señora Delia Villarreal de Arozamena, una bella mujer que reboza su amor y que a sus 85 años de vida productiva nos regala ahora una nueva colección de sus sueños y suspiros, de pequeños trozos de vida entregada a su familia y a los seres que la rodean con afecto, un nuevo libro de su colección de pensamientos positivos, que cada viernes nos hacen sentir más humanos frente a la turbulencia que nos inunda. Yo en lo personal, lo recibo como un regalo de unas manos generosas, llenas de amor y de ternura. Gracias Doña Delia por este nuevo regalo para mi colección de lecturas humanistas.

“Alas de Mariposa”, es el titulo que Doña delia escogió para su nuevo libro, y no pudo ser mejor pensado por el simple hecho de que la mariposa, es un bello ejemplar del reino animal, cuyas alas están cubiertas de diminutas escamas de diversos colores donde quedan, como lienzos pintados por manos de ángeles, dibujos lleno de colorido y formas diversas.

El alma de las mariposas es igual que el de muchas personas como Doña Delia, aparentemente pequeña como el tamaño de sus ojos, pero lo suficientemente fuerte como para resistir las inclemencias de un largo vuelo en la búsqueda de climas más benignos.

Las mariposas se alimentan del néctar de las flores, y cada uno de los relatos que Doña Delia nos regla cada viernes, son como un néctar para el alma de quienes somos sus más asiduos lectores. Así es como alimentamos nuestro espíritu y nos anima a continuar por los abrojos de esta vida que Dios nos ha regalado.

Leerla cada viernes, nos permite recordar que la vida vale la pena vivirla, y que al igual que el arco iris que se refleja en las alas de la mariposa, la alegría y el amor, que son el colorido de la vida, deben inundar nuestras almas para bien de los demás, pues no importa el tamaño ni el peso de nuestras penas, siempre podemos dar una palabra de aliento a favor de los demás seres que sufren.

Sumergirnos en la prosa de Doña Delia, es aprender a valorar las pequeñas cosas de la vida, es entender que nuestra existencia no es solo un continum de cosas que tienen que ver con la sobrevivencia diaria, sino minúsculos momentos de paz y tranquilidad para nuestro espíritu cansado de ver lo cotidiano. Veamos como ejemplo la belleza de esta prosa poética a través de un pequeño párrafo del artículo intitulado “Pequeña misiva.” Dice así: “…Llegar al lugar es cambiar de mundo dejando abajo mucho bagaje inútil, y darse cuenta de que no se necesita. Entonces es cuando uno ve otras cosas, como los celajes diferentes en la aurora y en el ocaso, un sol en el cenit refrescado por vientos que corren libres sobre kilómetros, de pastizales naturales, amarillos y flexibles, dóciles al aire; lugares donde el eco repite la voz y otros donde se la lleva cabalgando en las espigas hasta donde se funde con el cielo; la mirada se va, y puede llegar hasta los sueños; el baile de las llamitas en la fogata ilumina a la emoción más que a la noche cuando echan cuentos “del tigre” Y fue por eso que en una gruesa hojita de espavé, arbusto de limbo jugoso en el cual se puede escribir con algo punzante, en una hojita pequeña, me llegó un recado del compañero que aún puedo leer trayéndome aquellas imágenes felices. La hojita simplemente dice: “Te amo…” y conozco la letra…” Este párrafo es tan solo una pequeña muestra de lo que contiene “Alas de Mariposa”, pero no puedo resistir la tentación de invitarlos a probar más gotitas de miel que como prosa rimada nos regala Doña Delia. Este es de otro intitulado: “Tan fácil que resulta” y que dice así: “…El entendimiento y lo cordial no dependen solo del lenguaje, y a veces hay en que pueden prescindirse de él si hablan las actitudes, los ojos, la sonrisa. Es algo que brota de adentro y se da y se recibe, lo que hace un puente entre los hombres, borrando las diferencias…” ¿No les parece hermoso?

Para concluir citare una estrofa de un poema que leí en la Internet con el único fin de invitarlos a comprar el libro destinado a una buena causa, y sobre todo, leerlo con los ojos del alma y el entendimiento, con la seguridad de que nos ayudará a cambiar algo de nuestra vida. La estrofa dice así: “Y tú, mi buen compañero, /toma el libro; que, en verdad/ de poeta y caballero, /con mis Abrojos no hiero/ las manos de la amistad.” JM Desde la Universidad de San Miguel.

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sábado, 7 de junio de 2008

Reflexiones

APRENDIENDO A AFINAR NUESTRACONCIENCIA

Jorge Meléndrez

La sabiduría divina infundió al ser humano junto con el soplo de vida, la conciencia como una cualidad intrínseca que nos hace diferentes a otros seres del reino animal. La conciencia es importante por que se comporta como un severo juez de nuestras acciones y nos permite además, el conocimiento interior de todo aquello que se encuentra dentro de los límites del bien y el mal. En este sentido, la conciencia es una propiedad del espíritu del hombre que le permite conocerse a si mismo y conocer el mundo que le rodea.

En la vida diaria, vivimos situaciones diversas, algunas de tipo familiar, otras más dentro de nuestro mundo laboral, y otras más de carácter cívico o religioso, y en todas y cada una de ellas, somos testigos, de alguna manera, del papel que jugamos dentro de ese contexto social y del que juegan el resto de las personas; y es nuestra conciencia la que nos permite entender cabalmente lo que esta bien y lo que esta mal, y sobre todo aquello que nos perjudica o nos beneficia.

Sabemos por ejemplo que debemos respetar el orden social con el fin de ser protagonistas de una ciudadanía ordenada y respetuosa y estamos concientes además, que la educación de la conciencia es un elemento indispensable a los seres humanos por el simple hecho de que cotidianamente estamos sometidos a influencias negativas y tentaciones por situaciones que si bien nos pueden beneficiar, perjudican a otros. Aquí es cuando debemos afinar nuestro propio juicio con el fin de que actuando con conciencia, no trastoquemos el orden establecido.

Podemos distinguir diversos escenarios donde la conciencia juega un papel relevante, escenarios donde el espíritu humano adquiere una dimensión tal que hace que la persona se distinga como alguien respetable y responsable, y por lo mismo sea ejemplo para sus semejantes. Citaremos tan solo dos escenarios, el de la conciencia moral y el de la conciencia cívica o ciudadana.

Para una adecuada conciencia moral, la Palabra de Dios es la luz de nuestro caminar por lo que es preciso que la asimilemos en la fe y la oración, y la pongamos en práctica en todas las acciones de nuestra vida. Por ejemplo en lo que respecta a nuestra convivencia diaria, debemos aprender a no utilizar palabras obscenas, hablar siempre con la verdad, conducirnos con rectitud y respetar siempre el derecho de los demás, sin dejar de mencionar que debemos ser sujetos activos dentro de nuestra comunidad religiosa, con el fin de no pasar desapercibidos a los ojos de Dios.

La conciencia es una ley de nuestro espíritu, que va más allá de él pues lo trasciende; nos dicta órdenes de sana convivencia y nos enseña los caminos de la fe, la esperanza y la caridad. Nos significa responsabilidad y deber, temor y recompensa. En ese sentido, la conciencia es la mensajera de los susurros de Dios y además, la fuerza que nos une a Él.

Por lo que respecta a la conciencia cívica o ciudadana, debemos conducirnos dentro del orden y la tolerancia, y ser respetuosos de todos aquellos reglamentos que sirven para una convivencia armónica. Podemos citar por ejemplo el hecho de que por necesidad vivimos en comunidades donde es necesario una cultura ecologista, la que debemos manifestarla de manera permanente. Debemos tomar conciencia de que es necesario reciclar los desperdicios para evitar enfermedades infecto-contagiosas, cuidar el agua usando la necesaria con el fin de que las futuras generaciones la tengan siempre disponible, sembrar un árbol con el fin de contribuir a la generación de oxígeno y eliminación de bióxido de carbono, afinar los vehículos para controlar la emisión de gases nocivos y el efecto invernadero entre otras muchas acciones.

Hay que reconocerlo, así como la formación de buenos hábitos a través de virtudes humanas significa ser una persona de bien, la afinación de la conciencia es una tarea que debe realizarse durante toda la vida. Desde los primeros años debe despertarse en el niño el conocimiento y la práctica de la ley interior reconocida por la conciencia moral, con el fin de que crezca amando la naturaleza, cuidando el planeta y respetando a sus semejantes, en una palabra, viviendo con conciencia ciudadana.

Una educación prudente desde temprana edad, enseña el valor de las virtudes humanas y de alguna manera preserva al ser humano para una vida adulta libre de miedos, de egoísmos y de falsos orgullos, así como de los insanos sentimientos de culpabilidad nacidos de la debilidad y de las faltas humanas. En este sentido, la educación o afinación de la conciencia, garantiza la libertad y engendra la paz del corazón. JM Desde la Universidad de San Miguel.

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